Artículo de prensa 2020
Francia
Contrastes y diversidad cultural.
Esta colombiana instalada en Francia desde hace 15 años, hecha de contrastes y de diversidad, reivindica una doble cultura y se inspira de ella.
Después de haber terminado sus estudios de Arquitectura y Restauración de Monumentos en Colombia, Catalina CASTRO BLANCHET viene a Francia para aprender el idioma e igualmente para perfeccionarse en estos dos campos. Nunca se regresó. Habla dos idiomas, dice pertenecer a dos países, Francia y Colombia. De Colombia, su país natal, la inspiran los colores, las tradiciones ancestrales, la esencia y la alegría de vivir. De Francia, su país de corazón, ama el estilo, la historia, la poesía, la pasión y el amor, que tanto la influencian. De sus dos culturas Catalina extrae su fuerza, su personalidad. Es una apasionada por su oficio. De la arquitectura aplica la técnica, la gestión de sus obras, la exactitud y « el saber hacer ».
La apasiona la historia del lugar, de los espacios en los que interviene. A Catalina restaura los edificios del pasado dejando una marca del presente y proyectándolos hacia el futuro.
Lo que más disfruta en su oficio es el contacto con sus clientes. Le gusta conocer a quienes van a habitar los espacios que diseña, pues le permite otórgales un alma. Entrar en la vida del habitante, entrar en su intimidad para conocerlo mejor, le ayuda a entender sus necesidades. El saberlo todo de ellos es una gran fortuna para ella. Le gusta crear espacios adecuándolos a la vida de sus ocupantes y de su manera de moverse en el espacio. Le apasiona el detalle. Cada espacio es único y cada proyecto lo diseña pensando en su conjunto y de manera integral. En cada uno de sus proyectos, Catalina entra en osmosis con el lugar, que es para ella un terreno de juego y de creación.
Sabe trabajar los volúmenes para magnificarlos. Su fuerza reside en su gran capacidad para optimizar el espacio, siempre teniendo en mente el juego de volúmenes, y logra encontrar lugar para nuevas superficies : nuevas habitaciones, baños adicionales, nichos e infinidad de carpinterías integradas. Catalina juega con la materia, que es para ella inmutable, perenne. Los colores en cambio pueden mutar. El color refleja un estado de ánimo, algo mas efímero. También le gusta trabajar con la luz, bien sea natural o artificial, pero también con la ausencia de luz, ya que la luminosidad evoluciona según las horas del día y de las estaciones.
Catalina desea dejar en cada uno de sus proyectos algo de su Colombia natal, y proyecta trabajar con artesanos colombianos para hacer conocer en Europa su país, tan importante para su alma.